domingo, 25 de julio de 2010

Ciorán

Una vez llegó a mi vida,
al mejor momento de mi vida,
un regalo inesperado,
una mascota.

Fue tanta mi suerte,
que estando en la cima de mis sueños y aspiraciones
esa masa con pelos enredados
cambió mi vida para siempre.

Me lancé de cabeza para creer en la casualidad.

De algo que no me resulta posible ufanarme
es de mi poca (nula podría afirmar con certeza)
capacidad de razonar;
pero fue también esa la misma situación
la que me animó a emprender la tarea
de desarrollar un vínculo con una mascota,
un perro.

Me evitaron la desagradable tarea de pensar,
ya tenía nombre, le bautizaron Ciorán.

La pasión desbordante hacía la cosa,
me hizo ciego;
a contracorriente la casualidad generó efecto.
y afecto.

Tan desmedido fue el sentimiento,
que Ciorán me dejó sin trabajo,
sin esposa, hijos, mujer y amante;
sin ideas, sin sueños, sin trabajo;
sin felicidad, sin amor
Y sin perro.

Sólo me dejó,
con las ganas de no tenerlas.

Arnold "Doggie Style" - El Elefante.