Había una vez un suspiro,
un suspiro que siempre marcaba el paso
con su rápido latir;
había una vez un suspiro,
un suspiro que entrecruzaba los dedos
con su rápido latir;
había una vez un suspiro,
un suspiro que se erguía cuando por la calle iba,
con su rápido latir;
había una vez un suspiro,
un suspiro que estaba muy enamorado,
con su rápido latir.
Había una vez un rápido latir,
y tuvo un paro cardiaco;
había una vez un suspiro,
que se quedó sin aliento para suspirar.
Arnold, "Elefante hiperventilado"
miércoles, 11 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)