viernes, 9 de octubre de 2009

Rayuela



Siempre me gustó la rayuela. Me encantaba ver como los jueves después de la escuela todos los chicos del vecindario se reunían para saltar. Ellos me veían y malintencionadamente me invitaban. Era muy feliz, era el campeón invencible de la rayuela hasta el número 3 y con eso tenía, aunque no puedo negar que soñaba con llegar al cielo y quedarme en el infierno. Ahora a mis 27 años tengo dinero suficiente para coger el cielo con las manos y declararme vencedor. Pero a pesar de que compré la prótesis de la pierna izquierda, ya ninguno de los muchachos juega a la rayuela.

"Arnold" el elefante.

3 comentarios:

  1. Arnold me intriga ahora.

    Cuál su nombre de cuna y cuál es su grado de parentesco contigo?

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  2. Respondo a la mitad de la pregunta...
    Lulú y Arnold son cómplices, son reflejos, son un sentir y un latir... Pueden ser todo, pueden ser nada, son parientes pero no consanguíneos. Luego te cuento como se conocieron...

    Arnold cuando te conocí, te conocí como elefante.. ¿Tenías otro nombre de cuna?

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  3. Lulú, cuando evitaba el popó es cuando mejor lo pisaba. Nunca existió el nombre de cuna, nunca existió un nombre. Me debato entre las ideas y las acciones. Soy un humo que se pierde dentro de sí. No lo sabes, pero me inhalas. Eso creo, por eso somos animales, por eso somos parientes.

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