En algún momento la pensaron cosa
Subestimaron su capacidad de amar
Pensaron que su cuerpo era biodegradable
Que su corazón era una bolsa de papel
Un material que se llena fácilmente con cualquier objeto
Pensaron por ella
La contemplaban frágil
Susceptible
Se volvió presa fácil
De poner y quitar
De mitigar la ansiedad
Se convirtió en un artículo para decorar
Un portarretratos de sombras
Una margarita sin agua
Le llenaron el vientre de carne
De desdén
Fue consumida por su propio aire
Por su particular habilidad para hacerse daño
En algún momento la pensaron cosa
Pero ya nadie puede tomarla en manos
Pues de ella ya sólo quedan las cenizas
Esto lo rumió Arnold “El Elefante”
domingo, 28 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario