lunes, 9 de agosto de 2010

Rata

En algún lugar del mundo,
yace una rata robusta;
una rata que busca corazones,
para hacerlos queso gruyere.

Una vez la vi
y le abrí la puerta,
la tomé en mis manos
y cruzamos par ojos;
y nos cruzamos.

Cuando desperté no estaba la rata,
sólo sus formas
marcadas en las sábanas.

Cuando desperté,
añoré sentir su vaho tibio
calentando mi frente.

Cuando desperté,
entendí lo que ella quería;
Rata apestosa,
y sentí un leve dolor en el tobillo,
la marca de sus dientes.

Ahora siento Rabia.

espero haberla contagiado.

Arnold “Elefante fóbico”.

1 comentario:

  1. Con la buena fe por delante, con la inocencia de un corazón que late... pero hay antídoto para todo...

    ResponderEliminar