Y yo me pongo triste,
suspiro muchas veces y me agito;
se me salen las lágrimas, se me escurren entre las manos,
y se me infla el pecho como un sapo
y me siento muy triste, y me deprimo.
Veo llover y me pongo más triste, como melancólico.
En la calle niños como yo,
pero con harapos y estirando la mano por algún pedazo de algo,
mamás que gritan, personas que maltratan;
yo veo esas cosas que me ponen triste, que me entristecen.
Pero llego a la casa y beso tu boquita de chocolate,
porque dicen que el chocolate es bueno para quitar la tristeza.
y ya no me pongo más triste.
Arnold "Elefante con diabetes".
viernes, 8 de abril de 2011
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Me gusta eso de llegar a casa y sentir refugio, y que al llegar sea el amor con sus fantásticos sabores los que te reciban.
ResponderEliminarAbrazos para vos y tu dama...
JuanaP
Definitivamente no hay mejor recompensa que un beso después de un día oscuro, lluvioso, frío,y pasado por lágrimas. Ese beso tan dulce es el que mágicamente hace olvidar ese mundo real que suele agobiar el deleite de las cosas más pequeñas que nos rodea.
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