Un motivo para escribir puede ser (in)necesario,
pero qué tan equiparable es el motivo a la excusa.
Escribir requiere de la aprobación de quien lee,
pues es el lector el que define la categoría de "escribir".
Por eso escribir resulta pretencioso;
por eso evito escribir en la medida en que no escribo,
porque aunque se que no me lees,
lo que hace que no escriba,
simplemente organizo una serie de palabras para leerme,
con el fin de que te escribas.
Arnold (El Elefante Nihilista).
viernes, 6 de septiembre de 2013
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